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¿Por qué la solución no es el agua embotellada? Pues por esta razón.

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"Analizan 29 botellas de agua y todas pueden provocar problemas de salud"

 

Un equipo de investigación español dirigido por el Dr. Nicolás Olea, catedrático de Radiología y Medicina Física así como director Científico de Instituto de Investigación Biosanitaria ibs, ha publicado un trabajo el que se analizaron 29 muestras de agua embotellada encontrando que en todas había sustancias que alteran o inhiben hormonas.
Tras diversos procesos descartan la posibilidad de que el problema sea durante el embotellado, puesto que en el agua embotellada en cristal no tenía dicha actividad hormonal. Igualmente puede descartarse que la contaminación se produzca durante el proceso de envasado porque no es creíble que eso pase con todas las embotelladoras. Luego parece obvio que el problema está en el envase.
El problema no parece radicar en el componente mayoritario del plástico, identificado por el número que se incluye en el triángulo de reciclado, sino en lo aditivos empleados por el fabricante del producto manufacturado. Estos aditivos provienen de un catálogo de más de 600 compuestos tóxicos, como por ejemplo el bisfenol A.

"Puede llenarse una habitación entera con rigurosos trabajos científicos de alto nivel que demuestran que el bisfenol A es peligroso y luego poner en una pequeña mesita los tres o cuatro estudios pagados por la industria que lo fabrica según los cuales la evidencia de su peligrosidad es "insuficiente""

Estas sustancias pueden causar problemas metabólicos, inmunológicos, neurológicos y de infertilidad así como a posibles cánceres de tiroides, mama, próstata y testículos. 

Y es que por increíble que parezca la ley no obliga a los embotelladores a declarar su presencia.

Así es que lo único que podemos hacer es tomar la decisión de evitar el plástico y usar botellas y envases de cristal, no reutilizarlas si se adquieren, no calentar bebidas y alimentos que estén en contacto con plástico, no comprar alimentos enlatados y consumir vegetales de origen orgánico o ecológico sin agroquímicos, básicamente frescos, crudos y de temporada. Y obviamente, no usar productos de limpieza e higiene personal o cosméticos que contengan sustancias químicas tóxicas.


 
Artículo: Discovery D Salud 

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